Existen dos modelos de empatía, el modelo A es aquel en el que cuando alguien habla es escuchado exclusivamente desde la perspectiva del que lo escucha, se busca calmar a quien habla haciéndole entender que quien lo escucha le entiende porque le pasó lo mismo. Defiende la idea de que existe un alivio al establecer una especie de comunidad en un padecimiento (p.e. dinámica de los grupos de ayuda).
El modelo B consiste en salirse de sí para tratar de leer o de escuchar las coordenadas del otro, rechaza la pretensión de que las experiencias son las mismas indistintamente del individuo que las vive. Defiende la idea de que a veces no queremos que nos entiendan, sólo queremos ser escuchados en eso que ni nosotros mismos entendemos del todo, dado que las experiencias no son intercambiables del mismo modo en que no lo son las formas en que las cosas nos afectan.